Toda persona que compra un producto o contrata un servicio tiene derechos fundamentales frente a la calidad, la garantía y la información veraz. Las leyes de protección al consumidor están diseñadas para equilibrar la relación entre proveedores y clientes.
Entre los principales derechos destacan la devolución por productos defectuosos, la publicidad clara, el cumplimiento de condiciones ofrecidas y la atención al cliente. También existen entidades encargadas de recibir quejas y sancionar irregularidades.
Desde LLF orientamos a consumidores y empresas sobre cómo cumplir o hacer valer la ley en materia de consumo, evitando conflictos o solucionándolos de manera efectiva y legalmente respaldada.
